martes, 21 de septiembre de 2010

José Antonio Labordeta, una persona importante

¿Por qué la muerte de un hombre, representante de un partido político minoritario, poeta en un país de pocos lectores de poesía y defensor de causas perdidas, ha despertado tantas muestras de cariño y un interés inesperado en las redes sociales y medios en general?.
Es verdad que José Antonio Labordeta fue un hombre comprometido con el momento histórico que le tocó vivir. Luchó en la clandestinidad durante la dictadura, fundó el partido socialista de Aragón, fue un profesor de instituto querido por sus alumnos y decidió ser el cabeza de lista por el partido "Chunta Aragonesista" con el único afán de luchar por el bien común, consiguiendo en el año 2000 el primer y único escaño de ese partido en el Congreso de los Diputados.
Sin embargo, esto por sí sólo no explicaría las declaraciones que se han sucedido estos dos días y cuyo denominador común para definir su figura ha sido "valentía, honradez y decencia".
A mi me ha resultado particularmente emotivo ver a los más jóvenes desfilando delante del féretro. Algunos hicieron declaraciones que son casi un legado para quien quiera leer y entender: un muchacho dijo que era el único político por el que votaría porque decía la verdad; una muchacha dijo que nos deja un ejemplo de lucha digna por los valores universales y por el pueblo.
Como leía hace unas semanas en La Vanguardia, en un artículo de Ll. Duch y A. Chillón, titulado "El desahucio de las humanidades", la erosión de las instituciones políticas, económicas y culturales a manos del populismo y la demagogia es tan preocupante que urge potenciar un espíritu crítico desde todos los puntos de vista.
En un país donde las encuestas atribuyen en un 22% a los políticos como principal problema para seguir adelante, este homenaje a J.A. Labordeta puede leerse en clave de manifestación popular en contra del oportunismo reinante y en defensa de la autenticidad y el compromiso.